Con la llegada de este frío invernal de golpe, nuestro cuerpo no está preparado y es cuando los resfriados y gripes acechan nuestro cuerpo.
¿Como combatirlos? La sopa miso nos centra y equilibra tanto física como energéticamente, uno de los mejores remedios que nos ofrece la bonita macrobiótica que practico.
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El miso es una pasta que se añade como condimento a distintos platos, proviene de la fermentación de soja, arroz, cebada o garbanzos con la bacteria koji y su resultado es un alimento con gran capacidad prebiótica que refuerza nuestra microbiótica intestinal, ayudando a regular el sistema inmunológico, digestivo, pancreático y hepático.
En el mercado encontramos varios tipos:
- Shiro miso o miso blanco, resultante de la fermentación de arroz blanco y soja, su sabor es suave y más dulce, de color naranja claro. Fermentado durante un año aproximadamente.
- Mugi Miso, que es la combinación de soja y cebada tiene un color marrón oscuro y su fermentación es de hasta 3 años.
- Genmai Miso, formado con arroz y soja, con un color marrón oscuro muy parecido al mugi miso y está fermentado durante tres años.
- Hacho Miso, se compone de soja 100%, sabor más intenso y un color casi negro.
- Arroz y garbanzos, es un tipo de miso mediterráneo, ya que en japón esta mezcla no se hacía. No contiene soja, de color marrón claro y por supuesto sin pasteurizar.
Ingredientes (4 personas):
2 zanahorias
2 hojas de col
1 cebolla morada
1 l de agua
1 pizca de sal
1 pieza de mochi
Preparación:
1. Pelar las zanahorias, la cebolla y la col picuda.
Observaciones:
Las zanahorias las debemos cortar en transversal para así mantener su energía.
Las cebollas se cortan en medias lunas guiándonos según sus betas de agua, esto nos permite que la cebolla se poche y suelte todos sus jugos al ponerla al fuego evitando que se queme o que hubiese que añadir más cantidad de aceite.
Para limpiar la col, se quitan las hojas más feas de su parte externa y cogemos dos hojas ya limpias y las cortamos en cuadraditos pequeños.
2. En una sartén limpia ponemos:
- Un chorrito de aceite
- Introducimos la pastilla de mochi.
- Ponemos la tapadera y vigilamos que no se queme. Cuando se convierta en una bola de arroz hinchada, le damos la vuelta para que se dore por el otro extremo.
- Una vez tenemos todas las verduras preparadas salteamos la cebolla con un poco de aceite de oliva virgen extra, hasta que la cebolla quede transparente y blandita.
- Posteriormente añadimos la zanahoria y las hojas de col. Salteamos estas verduras y añadimos un poco de sal y un litro de agua filtrada.
Observaciones: la bola de mochi, en cuanto se saca de la sartén se deshincha y queda esta pequeña masa con un sabor tan especial.
- Rápidamente se introduce en la cazuela de la sopa para dejar cocer unos minutos más. Si se quiere comer entera dejarla para añadir en los 5 últimos minutos de la coción, ya que previamente la hemos cocinado y no es necesario ningún minuto más. La introducimos a la cazuela por el sabor dulce que le aporta a la sopa.
- Una vez está la sopa lista, la servimos en unos cuencos. Con ayuda de un colador deshacemos por cada bol una pizca de la cuchara sopera, esta cantidad va a variar mucho de un tipo de miso a otro. Recomiendo empezar por un shiro miso o por el de arroz y garbanzos, porque contienen sabores más suaves y nos ayudan a la aceptación de este nuevo alimento.
El miso siempre se deshace con ayuda de un colador, así evitamos grumos o que no se disuelva de forma homogénea. El miso siempre se debe añadir sin el fuego puesto, ya que el miso es un producto fermentado y destruiríamos sus bacterias beneficionas.
Ya estaría listo para tomar. Disfrutad mucho de esta deliciosa y rápida sopa de invierno!
Qué buena pinta!!!!😋
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